A orillas del rio magdalena, en un municipio del departamento de Santander, vive Pablito, un niño de 13 años que hace parte de esa población con pocas oportunidades y día a día como todos, busca la forma de ganarse unos pesos a veces de maneras no tan honestas.
Pablito vive junto a su abuelo Lizardo, un hombre de 67 años, que ha dedicado su vida al cuidado de los gallos de pelea, su hermano menor Carlos un niño de 10 años que ha contraído una enfermedad respiratoria de pronostico reservado y su mejor amigo, un gallo de pelea llamado “Rocky”. La casa se encuentra desprovista de las cosas esenciales que poco a poco han vendido e incluso su padre se ha visto obligado a sacrificar los últimos gallos de pelea que tenía para poder comprar algunos medicamentos.
Lizardo continuamente manda a Pablito hacia la plaza campesina del municipio para realizar ingenuas estafas en donde Pablito aprovecha su habilidad para persuadir y engañar a la gente valiéndose de la casta y prestigio de Rocky para lograr su cometido. De regreso a su casa, Pablito se entera que su hermano está empeorando, el dinero de la trampa no es suficiente para costear los medicamentos y él debe tomar la amarga decisión de llevarse a Rocky para apostarlo en la gallera central del municipio.
Pablito entrena a su gallo sin descanso ante la mirada pasiva de su abuelo que solo observa tras una ventana de su casa consiente de los errores que comete pero sin tomar partido, conmovido por la insistencia de su hijo y sabiendo que hay pocas esperanzas de ganar Lizardo finalmente accede a entrenar el gallo.
Con Rocky preparado, Lizardo y Pablito ahora se dirigen a la gallera central. Al llegar a aquel lugar, mientras Pablito se enfrenta a la batalla más difícil que ha podido librar hasta ese momento, Lizardo guiado por la razón, apuesta en contra del gallo de su nieto. Los dos gallos se enfrentan y tras una sangrienta riña gana Ajiseco, esto deja totalmente desconsolado a Pablito que no solo pierde a su mejor amigo sino la oportunidad de salvar a su hermano.
Después de la batalla, Lizardo diluido entre la razón y el dolor por su nieto obtiene la recompensa a su decisión. Pablito ahora vive su propio duelo entre las calles que observaron la amistad entre él y Rocky acompañado del único recuerdo material que le quedó, una campanita roja. Tiempo después y aún frustrado por la traición de su abuelo, Pablito ve a su hermano recuperarse satisfactoriamente y entiende el valor de su derrota.
